domingo, 21 de marzo de 2010

El Pacto de los Lobos


Hay días en los que hay que esforzarse para impedir que sean el hastío y la indignación quienes ordenen las ideas sobre la pantalla del ordenador. Es mejor prepararse una infusión y reprimir un poco el ánimo, dejando que salgan a la superficie solo los enunciados desprovistos de adjetivos, de valoraciones, de intencionalidad en resumen. Aunque lo hagan de manera desordenada, incluso dispersa. Cuando el estado de ánimo te tiraniza a escribir con las tripas, siempre es preferible tamizar las ideas para que queden atrás las intenciones y fluyan hacia el papel solo los hechos y sus circunstancias.
Durante estos últimos diez días, la prensa de alcanfor ha vapuleado a un diputado socialista de la Diputación de Córdoba hasta la extenuación, la de la prensa de alcanfor. Le ha vapuleado un día tras otro, con dobles páginas, con fotografías a cinco columnas y con gran despliegue tipográfico, que dirían los cursis. Le han vapuleado a cuentas de la adquisición de una vivienda de VPO, después de haber demostrado que la compra fue legal, después de que lo haya explicado ante la organización política a la que pertenece, ante los ciudadanos de su pueblo y sus concejales, ante el Pleno de la Diputación y ante los medios de comunicación. Y le han seguido vapuleando después de haber afirmado que se pondrá a disposición de la administración autonómica y que acatará la decisión que adopte. Lo ha vapuleado de tal forma que soy incapaz de encontrar una referencia similar respecto a la relación causa-efecto. Para que se me entienda, ni un asesino en serie hubiese tenido ese “despliegue tipográfico”.
En la misma semana un dirigente popular cordobés es acusado, probablemente como consecuencia de lo anterior, de tener fijada su residencia en suelo rústico no urbanizable. Y la prensa de alcanfor despacha el tema con apenas dos columnas, a pesar de que entre los espontáneos que saltan a la “arena mediática” para defender al popular se afirma que cuando el susodicho adquirió la vivienda lo hizo de buena fe, esto es, en la seguridad de que más adelante sería urbanizable (¿presunta información privilegiada?, o mas bien, ¿presunta especulación?). Definitivamente el susodicho debería pedirle muy sinceramente a sus “amigos” que no le ayuden más.
Leo en la prensa de alcanfor que Flores “ni ha dimitido, ni se lo han pedido ni lo hará, pese a la unanimidad de la opinión pública en censurarle sus irregularidades”. Vamos, que en 2010 la prensa de alcanfor, o la pluma que lo escribe, es la voz unánime de la sociedad. Ni de coña, afortunadamente.
En la misma edición, un artículo de opinión en el que se puede leer a propósito del nuevo obispo de Córdoba, “esta ciudad necesita un líder social como el agua. No una aparente referencia construida por la argamasa de la subvención pública y cimentada en los pilares de la política, el sindicato o el lobby económico. Con la palabrería del discurso políticamente correcto”.(El pastor y su rebaño, ABC de Córdoba, domingo 21 de marzo de 2010, Pag. 13). Más adelante y en el mismo artículo “Una ciudad a la que le falta un salto cualitativo, más de un hervor; pero es incapaz de cerrar algunas fallas convertidas en lastre penitente”. Un poco más adelante, “Lo hemos subrayado en este periódico varias veces: se buscan líderes políticos, económicos, empresariales, talentos y personas blancas, trasparentes, sin cuentas pendientes ni intereses bastardos. Queremos gente que mire por el interés general, no batracios y carroñeros”.
La prensa de alcanfor regala los fines de semana un DVD. Esta semana la peli era El Pacto de los Lobos, un buen ejemplo de cómo el cine europeo también puede ser comercial, en ella una sociedad secreta católica formada por los herederos del poder más rancio intentan aniquilar los primeros brotes del humanismo, el enciclopedismo y la razón que conducirán a la sociedad moderna. Pues de eso iba este post, del pacto de los lobos.