lunes, 4 de abril de 2011

¿Quien fue Rajoy?


Anunciar Zapatero que no se presentará a la reelección en 2012 y que la prensa de la caverna comenzase a pedir elecciones anticipadas fue todo uno. No recuerdo si ya lo dijo previamente cuando se presentaba a la Secretaría General del PSOE o fue en su primera campaña electoral, pero recuerdo perfectamente que el entonces candidato a la presidencia del gobierno se mostraba partidario de  limitar a dos el número de mandatos presidenciales. Dicho esto, queda claro que mi sorpresa no se ha producido con el anuncio de Zapatero, sino cuando comprobé que en la reciente reforma de la Ley Electoral no aparecía una sola línea sobre el tema.
Imagino que en las hemerotecas de los medios quedará constancia de esa voluntad expresada por el ahora presidente cuando aun no lo era, ¿A qué viene entonces tanto dislate y aparato tipográfico por parte de los medios afines a Rajoy? Si llamativa fue la portada del periodiquito del pasado domingo pidiendo elecciones ya, no menos conmovedora fue la de la cabecera que dirige el sargento chusquero que desayuna chicharrones, según la visión de Jose María Izquierdo que comparto plenamente, y que en un ejercicio de incontenida alegría proclamó lo de “el individuo” se va ya.
Ya entre las hojas de las soflamas, desmenuzando algunas lindezas dedicadas al anuncio, más propias de discusiones tabernarias  que de ilustrados universitarios, descubro la columna de un conocido que mide la importancia del evento por la atención que su hija de dos años le presta y de cómo, afortunadamente para ella, no recordará cuando crezca quien fue Zapatero.
Y es posible que así sea. Es posible que sus hijos, como los míos olviden que Zapatero anunció que no se presentaría a la reelección porque no supo comandar una crisis. Y es posible que lo olviden porque la afirmación no es cierta. Porque ese no es más que el enunciado con el que nos hacen desayunar el periodiquito en el que él escribe y el resto de la caterva de la caverna a los que se les ha olvidado cuando se aceleró y porqué el precio de la vivienda en España.
Dentro de unos años, sus hijos y los míos aun vivirán en un país donde personas del mismo sexo podrán contraer matrimonio, donde a las mujeres les será posible tomar decisiones sobre su propio cuerpo y donde los mayores y dependientes tendrán una asistencia garantizada. Es posible que no recuerden quien fue Zapatero, pero seguro que se sentirán orgullosos y tranquilos de ser ciudadanos de un país que contará con un avanzado modelo de convivencia social.
Es posible, sólo posible, que para entonces este país todavía sufra, en la oposición o el gobierno, a una derecha trasnochada que confía más en la presión que sobre la sociedad ejerzan los medios y las profesiones corporativas afines que sus propuestas políticas. Es posible, solo posible, que la derecha moderna y europea, la de los reformistas y liberales que sacrificaron su proyecto a la unidad férrea que impuso un ex ministro franquista al final de la Transición, todavía no haya conseguido sobreponerse y elevar la voz por encima del murmullo con aliento de alcanfor de esta derecha total y carpetovetónica. Y  a pesar de todo ello es posible, solo posible, que para entonces ya nadie recuerde quienes fueron Arenas o Rajoy
 

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