jueves, 9 de enero de 2014

El retorno del tardofranquismo

El Partido Popular ha distribuido entre su tropa un argumentario interno en el que repasan los grandes éxitos del gobierno, tras superar el meridiano de la legislatura.

   La ley del aborto de Gallardón, la reforma laboral, las subidas de la luz, el aumento del paro, la reforma de la administración local, las cargas policiales contra manifestantes, la ley de seguridad, el mutismo de Rajoy, la risita de Montoro, el caso Gurtel, los correos de Blesa, “el relaxing cup”, los papeles de Bárcenas, las becas Erasmus, los viernes de dolores, la misera subida a los pensionistas, las tasas judiciales, las matrículas universitarias, los embargos, los fondos bancarios, las colas en los comedores sociales, los repartos de alimentos, las pensiones en riesgo, las fiestuquis de Mato, la privatización de la sanidad pública, la reforma educativa, la emigración de los jóvenes, los indultos a los amiguetes, los sueldos de Cospedal, la manipulación de los informativos en TVE, la eliminación de las partidas de investigación, la subida de impuestos, la reforma del código penal, el IVA, la religión en los colegios...

    Pienso en la enumeración de los “logros” y no tengo más remedio que interrumpir la relación. El vértigo no me deja continuar. Si este es el balance de tan sólo dos años, en que país estaremos cuando Mariano prepare la maleta para salir de la Moncloa.

   ¿De dónde ha salido la derecha española? ¿En qué universidades han estudiado? ¿De qué pensadores liberales han tomado referencias? Esta derecha que nos ha tocado sufrir sólo aguanta la comparación con las formaciones europeas de extrema derecha. En cualquiera de esos países se han producido avances sociales capitaneados por sus respectivos gobiernos. Y si se han producido avances que no han capitaneado las derechas europeas modernas y liberales, al menos, han mantenido los que han adoptado los gobiernos progresistas que les han precedido. Países que partían por detrás de España en avances sociales ahora nos sacan varios cuerpos de ventaja. Y los que nos aventajaban ahora están a años luz.

   Sus valores están más cercanos a los del Tea Party que a los de Locke y absolutamente alejados de conceptos como el individualismo, el republicanismo o la libertad del ser humano por encima de cualquier otra razón. ¿Cómo es posible que ninguna derecha liberal europea haya tutelado a estos descerebrados?

   En Enero de 2014, España es un país en el que, previsíblemente, una mujer no podrá tomar decisiones que afecten a su propio cuerpo, deberá ser tutelada; la caridad continúa ganando terreno a la justicia social; el nivel intelectual de los miembros del gobierno está por debajo de los jóvenes que tienen que emigrar en busca de futuro; los hijos e hijas de las clases más humildes vuelven a tener dificultades para ir a la universidad; la educación para la ciudadanía ha desaparecido y se sustituye por la religión, otra vez y otra vez más; los ancianos sostienen las economías familiares; la precariedad en el empleo y la necesidad permiten salarios y actitudes empresariales que rayan el esclavismo; se endurece la limitación al derecho a la huelga y a la manifestación, emulando otras épocas más gloriosas del imperio; y el dinero público va aparar a las manos de propagandistas desvergonzados que glosan las excelencias de los Consejos de Ministros.

   Enhorabuena, machotes, vuestro principal logro es haber hecho regresar a este pais al tardofranquismo.