domingo, 25 de octubre de 2009

Coherencia


Leo en un diario de la prensa provincial que el presidente de los populares cordobeses ha despachado las cifras que arrojaba la Encuesta de Población Activa con la “mala follá” que les achacamos a los granadinos, pero que los cordobeses bordamos cuando nos sale la vena “ceniza”. Jose Antonio Nieto ha dicho que “los brotes verdes se secaron hace tiempo y lo peor está por venir”. No se ha lamentado por quienes padecen esas cifras en primera persona y jamás ha aportado una sola visión o solución para paliar los efectos de la crisis en las economías familiares cordobesas. Abunda eso sí haciendo hincapié en que los datos de la EPA se producen cuando las obras anticrisis debían haber hecho efecto en sentido contrario.
Se alegra en definitiva, el presidente de los populares cordobeses, de que las cifras del desempleo aumenten, de que la gente lo esté pasando mal y espera que todo vaya a peor para cuando se presente a las elecciones a la alcaldía de Córdoba en 2011. Eso sin llegar a entender que el éxito propio no sólo depende de los fracasos ajenos, en este caso, también de las desgracias, sino de las necesarias “simpatías” que debería ir generando en su entorno. Por mucho marketing, vallas publicitarias y publicidad en prensa que te pague el partido.
Reconozco que pocas simpatías, al menos la mía, puede suscitar cuando desde su mirada torva e interesada “grazna” lo de que los brotes verdes se han secado y lo peor está aun por venir. Prefiero a los optimistas. En estos tiempos que corren es más inteligente la actitud de los pinguinos del anuncio que quieren volar que el oscuro horizonte que nos pintan últimamente las gaviotas.
Y en estas estaba cuando leo ayer que José Antonio Nieto fue sancionado por el Banco de España, inhabilitándolo para ejercer cargo alguno en cualquier Caja. Si esto hubiese ocurrido en Estados Unidos, por ejemplo, Nieto tendría que haber abandonado la política en el mismo momento en que fue inhabilitado. Aquí Nieto no ha dado una sola explicación, Nieto ha criticado la “catadura moral” de quien ha hecho pública su inhabilitación. Pero lo peor es que el Banco de España se posicionaba sobre las prácticas de riesgo que la entidad financiera había llevado a cabo, haciendo responsable de éstas a su consejo de administración, es decir la madre del borrego de la actual crisis económica y la causa directa de que cada vez más familias enteras engrosen las cifras del paro.
Por coherencia Nieto debería permanecer en silencio cuando en otra ocasión le pidan su opinión sobre la EPA, aunque descienda.
La mía, mi coherencia, me exige estar satisfecho con los impuestos que pago y que, con ellos, se financien las obras anticrisis y los fondos de garantía financieros, y además poder decirle a Nieto que la próxima vez, al menos, permanezca callado. Por coherencia.

domingo, 18 de octubre de 2009

Griñán ha dicho


Acostumbrado, como está uno, a discursos largos resueltos con palabras huecas y mayor o menor fortuna, llenos de lugares comunes, aderezados con una buena cantidad de mayúsculas como Respeto, Futuro o Libertad y que para afirmar algo necesitan 20 minutos de rodeos, acostumbrado un poco a eso, digo, se agradece escuchar a alguien que en una sola frase dice cosas. Cosas con las que coincidir, a las que apoyar, cosas para dejar escritas en piedra.
Esta semana he escuchado un par de veces a Dolores de Cospedal hablar sobre la crisis de su partido en Valencia. Creo que venía a decir algo así como hemos hecho lo que teníamos que hacer y si lo que hemos hecho no es suficiente haremos otras cosas que serán más contundentes, pues eso.
Esta semana también he escuchado un par de veces a Griñán y cada vez me ha sorprendido por la contundencia y por la coincidencia, por la brevedad y la verdad, por la frescura, eminentemente, que siempre es de agradecer.
Griñan ha venido a decir que no es lógico que la redacción de la nueva Ley de Cajas consolide los privilegios que los canónigos de Cajasur mantienen actualmente. Hay algo más que tampoco es lógico. No es lógico que la totalidad de las entidades financieras tengan una obra social y cultural y que, paradójicamente, haya viviendas sociales que no pueden ocupar sus adjudicatarios porque no hay un banco dispuesto a concederles un crédito hipotecario. Pero para empezar está bien lo que ha dicho Griñán. Y, además, es probable que lo de los privilegios, con la que está cayendo, sea hasta pecado.
Griñán ha venido a decir que las referencias a las diferencias entre unas provincias y otras es una muestra de profundo catetismo. Me conozco a un alcalde que lleva años instalado en el agravio comparativo, gimoteando con su rostro de pobre hombre triste y gris. Todo un experto en el agravio de cómo los recursos económicos necesarios para las infraestructuras que la ciudad más importante del sur de Europa necesita se derivan a otras menos importantes. Mientras, en sus empresas públicas, los gerentes tienen salarios pavorosos. Antonio Soler definió en una ocasión las categorías de los catetos, los del origen humilde y los del horizonte garbancero, este es de los segundos.
Griñán ha venido a decir que lo peor del caso Gurtel es que se trata de dinero público. El reloj, los trajes, o los bienes de Correa, presuntamente, los hemos pagado todos, incluidos los que tenían dificultades para pagar la hipoteca de su vivienda, incluso quien no tenía para pagar el recibo del agua, la luz o la basura.
Griñan ha dicho cosas con las que coincido, a las que apoyo y que podrían, perfectamente, quedar escritas en piedra. Vale.

domingo, 4 de octubre de 2009

Explicarlo bien



Recuerdo que cuando iba a la escuela, el término colegio es un barbarismo cursi para un cateto fundamentalista como yo, sentía un pánico especial el día en que tocaba que el maestro de Historia nos preguntase sacándonos a la pizarra. Aquello era más miedo escénico que desconocimiento sobre la materia en cuestión.
Digamos que se encerraban dos técnicas diferenciadas en aquellos interrogatorios despiadados, una era la memorística: “dígame usted los reyes de España a partir de los católicos”. En aquel caso te dejabas llevar por el ritmo de la cantinela con la que te habías aprendido los nombres y si conseguías terminar la relación podías volver a tu silla, lease pupitre.
Otra cosa bien diferente era cuando te preguntaba por las causas de la Revolución Industrial y tú, que sabías la esencia, introducías algún elemento creativo en el relato, elemento que ni compartía tu profesor ni aparecía en el texto. Era entonces cuando se apretaba una tuerca más en el interrogatorio. Nadie te había interrumpido, estabas a punto de volver a tu silla, eras feliz, y de pronto sonaba la nefasta frase que hacía que te replanteases toda tu existencia como prolongación de la sesión de estudio del día anterior: no está del todo mal, pero tiene usted que explicarlo bien, empiece desde el principio como viene en el libro.
Bien, pues eso es lo que le ha dicho Don Mariano a Camps. Que tiene mucha confianza en él que es como cuando mi profesor de historia me decía a mí que no estaba del todo mal, un mero ardid para descargar la sentencia: pero explíquelo usted bien.
Como a estas alturas Camps todavía no ha explicado nada debe ser que el tema que Don Mariano le ha pedido es bastante complicado. De otra manera no puede entenderse que ni siquiera después de la evaluación sin nota a la que le sometió en Cuenca, Camps haya dado una sola explicación. Y es que es muy probable que Camps no se sepa el tema como está en el libro o en el manual, como se quiera.
Yo estoy seguro de que Camps no es un alumno torpe, lo que ocurre es que Don Mariano es un profe exigente y quiere que las lecciones se reciten de principio a fin como vienen en el libro, si no no se entiende que enfatice tanto cuando le dice que debe esforzarse en explicarlo bien.
Me hago cargo de lo mal que lo debe estar pasando el chico, de hecho fruto de la presión a la que le somete el profe llega a llamar a sus amiguitos diciéndoles que les quiere un huevo, imagino que buscando la complicidad del grupo ante la rocosa actitud de Don Mariano en la petición de explicaciones.
En fin, que al pobre muchacho no le va a quedar más remedio que explicarlo bien, como viene en el libro, que no es lo mismo que explicar las cosas tal y como ocurrieron. Lo mismo pasaba en los libros de Historia cuando yo iba a la escuela, que tampoco explicaban los hechos tal y como habían ocurrido, sino como interesaba contarlos. Vale.